La mayoría de las veces la suerte no es sino un reflejo de nuestra propia personalidad.
Paul Bourget (Escritor Francés)

Eneagrama, es posible que tú querido lector nunca hayas escuchado hablar de él pero lo cierto es que tiene miles de años de antigüedad, Homero ya conocía los nueve tipos de la personalidad, seguido por Proclo y sus discípulos Pitágoras y Platón lo incluían en sus enseñanzas de la antigua tradición de sabiduría griega.
Su nombre proviene del Griego Ennea (Nueve) y Gramma (trazos o líneas).
Gracias a George Ivanovich quien fue un maestro místico, escritor que en su búsqueda de transformar la psique humana recuperó la sabiduría del Eneagrama y quien introdujo el símbolo el cual se compone del círculo, el triángulo y la hexada, el círculo integrando el todo la unidad lograda; el triángulo equilátero y el hexágono son la representación de los nueve puntos básicos que proyectan la manera dominante de cada tipo de personalidad, así como las fuerzas contradictorias que las personas llevamos dentro.
Las experiencias personales vividas han ido moldeando nuestra forma de sentir el mundo y nuestra actitud mediante nuestra forma de ser.

Mediante el Eneagrama avanzamos por el camino del autoconocimiento trayendo luz a nuestras sombras y desde ese punto de consciencia poder trabajar nuestras limitaciones y debilidades, para de esa forma empoderarnos y llegar a ser nuestra mejor versión.