Historias de nuestros lectores
Por Cocarutas

Hoy os cuento una historia dura, muy dura y tierna a la vez, empezó en el año 1976, en ese año entró a trabajar en la empresa donde yo trabajaba, un joven que casualmente naciera el 29 de febrero igual que yo, pero 10 años más tarde, tal vez por eso o por afinidad ideológica, pronto empezamos a participar en asambleas clandestinas y sindicatos, para reivindicar los derechos laborales y también políticos, siempre como masa, sin aspirar a liderar nada, a raíz de eso llegamos a ser muy buenos amigos, al cabo de unos años, por jugar al futbol tubo una lesión de tobillo y como los médicos que le atendieron no eran los de los futbolistas de primera, después de tres operaciones seguía cojo y no apto para el puesto de trabajo que desempeñaba, como era mi amigo, le cambié, de acuerdo con la empresa, mi puesto de trabajo porque podía estar sentado la mayor parte de la jornada, ocupando yo el suyo, la diferencia de sueldo era de 400 pesetas cada semana, en esa época yo ganaba 3600 pts. Y el 3200 pts., el prometió pagarme esa diferencia, pero como yo ya tenía el piso pagado a base de horas extras y el estaba pagando su hipoteca, le dije que durante un año se lo quedara, a los dos años se fue a trabajar a otra empresa mejorando su sueldo y yo volví a recupera mi puesto.
Nuestra amistad siguió a pesar de que nuestras respectivas no se divertían mucho en las salidas, pero nosotros de vez en cuando nos veíamos para tomar una cerveza y contarnos nuestras andanzas, un día me explicó que nada más llegar a esa empresa, conoció a una mujer joven nada convencional que le tenía enamorado, el era de convicciones religiosas y no le sería infiel a su mujer por nada del mundo, como sus trabajos estaban relacionados tenían que verse las caras varias veces al día, cada vez que coincidían él se mostraba nervioso y a menudo le temblaban las manos y le parecía que a ella le pasaba lo mismo, siempre me contaba que si el día que la conoció estuviera soltero se hubiera casado con ella, estaba seguro que ella era la mujer de su vida.
Después de unos tres años el puso una empresa por su cuenta y no volvieron a verse, eso sí, alguna vez la llamaba por teléfono desde una cabina, solo para escuchar su voz, en el año 1985 después de una mala enfermedad su mujer murió, sin pensarlo dos veces, al día siguiente de enterrar a su mujer, se fue a casa de ella dispuesto a decirle todo lo que sentía por ella. Llamó a su puerta y apareció ella radiante y contenta de verlo, sin más preámbulos le dijo “mi mujer a muerto y vengo a decirte todo lo que siento por ti” ella le contestó, lo sé todo, pero yo también tengo pareja y le presentó a Isabel, esta es mi pareja, yo también le soy fiel, pero te aseguro que si un día me quedo sola al día siguiente yo también iré a verte.
Regresó deambulando a su casa, desilusionado y al mismo tiempo contento, por fin sabía que ella también le quería, pero no se habían encontrado antes de haberse comprometido y por desgracia los dos eran fieles a sus respectivas parejas, en su interior trataba de ver algo positivo, él creía que al saber la verdad Isabel se pondría celosa y acabarían rompiendo, los días pasaban y cada vez su vida se encontraba mas sola y vacía, empezó a ahogar sus penas con bebida y en un año su aspecto era más bien penoso, sin ver sus sueños cumplidos empezó a meterse caballo en sus venas y a los tres meses sufrió un grave y fatal accidente, yo creo que el mismo lo ha provocado.
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