Historias de nuestros lectores
Por Cocarutas
Esta vez me voy a introducir en el mundo de la novela, quiero decir telenovela, una de esas noches que cuesta un poco dormir, tal vez por haber dormido dos horas de siesta, abrí la persiana y contemplé la luna llena, las nubes que pasaban por encima de ella tratando de ocultar su redonda figura, parecían formar figuras que en mi desvelo trataba de adivinar cuales eran, hadas, meigas, figuras de animales, monstruitos, etc. ya pasada la media noche una figura se interpuso entre la luna y yo pero me parecía muy cercana a la ventana, traté de centrar mi atención y me di cuenta que en realidad se trataba de este búho que se posó en el exterior de mi ventana, con mucho cuidado y sin hacer ruido fui a buscar mi cámara, un fotógrafo aunque sea aficionado no podía perderse una ocasión seguramente irrepetible.

Para seguir disfrutando de su presencia, cada día antes de acostarme dejaba algo de carne en la ventana, al tercer día volvió y como tuvo su recompensa cada noche acudía a la cita, con la confianza mutua ya se posaba incluso con la luz encendida.
Durante un mes disfrute de su presencia, ya era como un amigo intimo, sin decirme adiós se fue, lo esperé durante una docena de noches sin que acudiera, no se los motivos pero mis noches ya no son igual, dejo la persiana bajada, tardo en dormir, mi cabeza da vueltas y empiezo a pensar que tal vez algún día de estos, el que fue mi amigo aparezca en un programa de esos donde los amigos cuentan las intimidades de sus amigos, infidelidades, juegos de alcoba, posiciones de disfrute, medidas varias, comparaciones odiosas, etc. para regocijo de un puñado de voyeurs, Marías y Maríos, que de todo tiene la viña del Señor.
Yo quiero pensar que mi amigo era como los de antes que guardaban los secretos y ayudaban a sus amigos, un animalito tan hermoso no puede ser tan ruin, pero ¿y si es un dron disfrazado de búho? Seguro que fue enviado como espía por uno de esos colaboradores que sin piedad publican la vida y males de la gente para vivir de sus miserias, sin importarles el mal que con ello hacen a las personas, sin pararse ni siquiera a comentar su currículo, ni su trayectoria profesional, solo les importa remover las tripas para sacar toda la mierda que le puedan encontrar.
Mi preocupación crece al saber que estos aparatos no tripulados pueden poseer cámaras capaces de grabar incluso en la oscuridad ¿y si disponen de grabaciones de todo el mes que el búho acudió a mi ventana? podían saber cuáles son mis preferencias amatorias, frecuencia de las mismas, posiciones arriesgadas, atributos de pareja, desorden de la habitación, artilugios o juguetes empleados, incluso los métodos anticonceptivos o de estimulo, todos los secretos de mi intimidad en un concurso para ver quién paga más, por algo que yo no vendería por nada.
Pero ¿De verdad le importa a la demás gente lo que podamos hacer nosotros en nuestra habitación? Somos tan clásicos y normales que no aprenderían nada. ¿Es lícito espiar una actividad privada? ¿Es legal, moral y jurídicamente, publicar esto para enriquecimiento de unos pocos y regocijo de voyeurs?
Seguramente solo son mis neuronas, que afectadas por la pérdida de un nocturno amigo se sienten alteradas, quizá me estoy haciendo mayor y todo se me vuelven miedos, el caso es que la mosca que tengo detrás de la oreja me mosquea y mis noches se hacen largas.

Queréis conocer mas sobre Cocarutas? Aquí os dejo su blog: https://cocarutas.blogspot.com/ y tambien podeis seguirlo en la sección hisorias de nuestros lectores.
Síguenos
Consigue todo el contenido en tu mail.